Soy originaria de París y vivo en Barcelona desde hace 18 años.

Hace poco dejé la ciudad por una vida más cercana a la naturaleza, en medio del bosque,

cerca del pequeño pueblo de Sant Pere de Ribes.

Este es mi pequeño jardín del Edén, mi lugar de inspiración.

Me nutro de este entorno natural, intentando captar su esencia.

En mi trabajo, todo comienza con el dibujo.

La obra resultante, ya sea grabada o esculpida, o que cuente una historia en un pequeño libro de acordeón, suele nacer de una sensación, de un sentimiento y de la necesidad de expresar una emoción.

Desde hace 4 años me dedico esencialmente al grabado.

Me encantan todos los pasos, todos los gestos y con cada primera impresión de cada matriz vuelvo a ser una niña, fascinada por la imagen que aparece. Siempre me ha atraído la impresión, el olor de la tinta y la sensualidad del papel.

Estar en contacto con la materia es necesario para mí, mis manos están en el centro de todas mis obras. Amo la gestualidad del trabajo del grabador, donde esta solicitado todo el cuerpo.

En una época en la que todo se digitaliza, en la que hay series ilimitadas, me siento más cercana de una producción a escala humana, hecha a mano y con mucho amor.